miércoles, 7 de noviembre de 2012

Recuerdos del mañana

Y así es como será ¿no? Te irás sin avisar, en silencio, sin una lágrima ni una media sonrisa, ni siquiera una mano alzada. Tan sólo unos pasos, cierras la puerta y desapareces.

Una llamada que no llega, una nota que no aparece, una palabra que ya no se espera. Un brillo que desapareció, una luz que hace tiempo se fue, un recuerdo que ya no existe. Un mañana. Un momento.

Intento pensar, girar la rueda del tiempo y descubrir qué hubo antes. Pero no avanza hacia atrás sino hacia adelante, inexorable… y me descubro riendo, como una niña, sin prisas, sin público, sin poder parar. Porque es irónico que sepa más del futuro que del pasado, porque en esta loca ilusión sólo el reloj se mantiene cuerdo.

Con esfuerzo me levanto, a duras penas consigo andar, pues todo está patas arriba, busco y revoluciono entre los trastos. ¿Una foto quizás? Un trozo de un periódico. Un regalo envuelto que ya nadie abrirá. Miedo. Una fecha. Un beso. ¿Fingido? ¿Real? Sacudo mi cabeza. Sigo buscando. Un espejo. Tiemblo. Un reflejo. Tu sonrisa, que nunca se ha marchado. Unos ojos que lo miran, los tuyos, que me miran y no me ven. Porque yo no estoy. Porque ya me fui.

Y sólo entonces descubro que tu futuro es mi pasado, que tus anhelos son mis miedos. Y que sin ti ya no hay recuerdos.
                                           

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