lunes, 24 de septiembre de 2012

Sólo adios

     "Adios", cinco letras que a veces duelen, otras son un mero trámite y otras, inevitables. Una palabra que a veces asusta pronunciar, porque representa el fin, de una tarde, de una conversación o de una historia; porque significa aceptar que el momento ha llegado; porque supone que el tiempo es más fuerte que nosotros, que todo tiene un final y que no podemos hacer nada frente a ello.

     En ocasiones preferimos decir "hasta luego", "nos vemos más tarde", "hasta la vista" o inventarnos cualquier cuento que nos haga sentir más cerca, una cortina de humo para hacer más soportable la espera del mañana. Pero decir adios es necesario, cualquier otra cosa es tan sólo un eufemismo; porque despedirse significa decir adios, no "hasta más ver", pues esto es únicamente la forma en que lo hacemos, no afecta para nada al contenido.

    Y sin embargo, "adios" puede ser una palabra preciosa. Hay quien dice "ve con Dios". Porque verdaderamente esta es la esencia, encomendar a alguien a Dios, dejarle en Sus manos ¿dónde puede estar mejor?

    Por eso, hoy digo adios, con firmeza, sin miedo, con la confianza en que todo irá bien. Tan sólo adios.

   
                                                         

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